El Voleibol, si bien no es de los deportes que más lesiones produce, presenta una variedad que viene dada por las características especiales de su práctica:
#Elevado número de saltos.
#Presencia de una zona de máximo riesgo (zona cercana a la red).
#Acciones específicas de juego (bloqueo).
Estas características propias provocan la aparición de lesiones como torceduras de tobillo (de diferente grado), de las articulaciones interfalángicas y metacarpo falángicas de los dedos y tendinitis rotuliana y del manguito de los rotadores y cabeza larga del bíceps. Estas lesiones son las más frecuentes, lo que no significa que puedan aparecer a otro nivel.
Se ha formulado tres estrategias de intervención para reducir estos mecanismos de lesión y factores de riesgo descritos anteriormente:
#Entrenamiento específico de la técnica de despegue y caída durante el ataque y el bloqueo doble.
#Uso de vendajes de sujeción o tobilleras semirrígidas.
#Entrenamiento propioceptivo antes de la lesión.
En la gran parte de los casos el tratamiento es conservador, siendo necesario, únicamente, la aplicación de hielo, medicación antiinflamatoria y variar el entrenamiento.
En este sentido, recordar que la mayoría de las lesiones reincidentes son por una falta de revisión profesional (médico, fisioterapeuta, rehabilitador) y/o una rehabilitación insuficiente, con lo que aumenta el riesgo de lesión repetida, con el peligro de hacerla crónica y llevar a daños mayores.
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